Me ha llamado mucho la atención esta guía de la «Iowa Soybean Association», una agrupación que apoya a más de 6.000 agricultores de este estado cuya producción agrícola gira alrededor de la soja. La guía comienza con un repaso a los estados vegetativos del cultivo, para sentar las bases y los criterios que se tratan en el libro. También realiza un repaso a las plantas reservorio, la biología del pulgón dse la soja (Aphis glycines) y los sistemas de muestreo.
La guía indica que las poblaciones pueden ser mayores de 1.000 áfidos por planta, con los problemas que supone la melaza y la aparición de mohos, y la trnasmisión de virus, y establecen los márgenes de daño, algo que siempre nos vuelve locos en campo. El daño económico está asegurado para densidades de 650 pulgones por planta en casi cualquiera de sus estadios vegetativos, y el marco de tratamiento a partir de 250 áfidos por planta, que determina el número de individuos a partir del cual la población crece rápida y sistemáticamente, con un plazo de 7 días para ser controlada antes de dispararse.
Para facilitar los conteos en campo, indican el número de plantas a muestrear según el tamaño de la finca y algunos consejos y estadillos que ayudan en los muestreos y en la toma de decisiones.
En la página 15 vemos una trampa de monitoreo de 8 metros de altura (Suction trap). Este sistema comenzó a utilizarse en 2001, y funciona con un ventilador que arrastra a los adultos a una trampa con líquido conservante. No había visto nunca algo así 🙂 Los datos están disponibles con los muestreos en 10 estados en http://www.ncipmc.org/traps/ aunque hay que irse a 2009 para encontrar un número significativo de capturas. Un número alto de adultos atrapados a finales de septiembre suele indicar que la presencia de los áfidos en primavera será muy alta, aunque buscando información reconocen que el sistema no es fiable, y que en ocasiones la biología de los áfidos, la presencia de reservorios o cultivos y la acción de los enemigos naturales alteran fácilmente las predicciones. Sin embargo ha contribuido a detectar la presencia de varias especies de pulgones exóticos, como Shivaphis celti o Tinocallis saltans. Existen muchas publicaciones sobre el potencial de estas trampas como herramienta de muestreo o prevención, así como la discusión de los resultados obtenidos en los últimos años.
Sin embargo está algo cojo el capítulo de control integrado. Pasa por encima sobre el uso de variedades resistentes, fauna auxiliar y manejo agronómico, para entrar directamente en el control químico. Aplican piretroides (en épocas frías), organofosfatos (en épocas cálidas) y neonicotinoides, aunque además realizan tratamientos sobre las semillas para asegurar la protección de las plántulas de los ataques tempranos de pulgón. Después realizan una revisión de los enemigos naturales que aparecen en el cultivo, pero sin entrar en la disponibilidad comercial o densidades de suelta.
Sé que la soja nos queda lejos, pero creo que es importante revisar y aprender de los sistemas de información, prevención y formación que mantienen otras zonas agrícolas para el control de las plagas. Además la soja me cae simpática porque es el mejor ejemplo de que el control biológico con baculovirus es posible en ciertas condiciones. En algunas zonas de Brasil era imposible cultivar soja, debido a la resistencia a químicos que había desarrollado Anticarsia gemmatalis, un lepidóptero de los chungos. Gracias inicialmente a los agricultores y después a una apuestra de Empraba y a su transferencia tecnológica, actualmente más de 2,5 millones de hectáreas de soja son tratadas contra Anticarsia gemmatalis con un baculovirus específico, a un coste 25-30% menor que el tratamiento químico (que por cierto no es viable en estas zonas).
La guía | Soybean Aphid Field Guide( 2nd Edition)
Más info | Iowa Soybean Association Production Research Library
Más info | Soybean Disease & Pest Management Field Guide
Claves | An Interactive Key to Aphis in Midwestern United States of America